
La historia de la marca «Conservas La Costeña» inicia cuando en 1923, su fundador Vicente López Recines, decide comenzar con el negocio que se convertiría en la empresa número uno, en fabricantes de frutas y vegetales ubicada en México.
Iniciando con una tienda de abarrotes con el nombre La Costeña y las ganas de brindar un producto sano y de calidad a sus consumidores, tal como los chiles serranos y largos en vinagre.
Producto al que se le sumaría las aceitunas y el aceite de oliva, mismos que se venderían como pan caliente. Permitiendo a la empresa mudarse a espacios cada vez más amplios.
Pero ahí no terminan los cambios, sino que a Don Vicente además de añadir las alcaparras al catálogo, se le ocurre comenzar a elaborar los botes de la empresa, allí mismo.
Con ello y con la inauguración de su primera planta productora en CDMX, en 1948, dan otro paso para dejar de ser una tienda y volverse una verdadera marca.
Y cuando a dicha planta se le sumó la primera línea automática para fabricar sus envases, primero de 3 kg y unos años después los de 105 gr, se produjo en momento propicio para que los productos de la marca se distribuyeran a todo el país por primera vez.
Tras lo cual únicamente siguen los éxitos, con más reformas y productos integrándose a su lista; como el puré de tomate, frijoles, sopas, cremas y vegetales varios.
Al inicio, los productos se vendían en botes alcoholeros de 20 kg, que con el paso de los años fueron evolucionando, hasta ser reemplazados por los envases soldados electroestáticamente.
Pues cada año invierte en material para mantener su sabor y calidad, lo cual le convirtió en una de las empresas mejor dotadas tecnológicamente a nivel mundial.